Un estudio que por momentos remite a un camarote, condensa en una sola tarde, más de cien años de historia. Mientras el azul profundo del Océano Pacífico se cuela por la ventana, Hernán Couyoumdjian Bergamali, un hombre con una trayectoria de 44 años en la marina de Chile que siente gran orgullo por sus raíces armenias y amor por la patria, rememora su historia familiar.
Hernán Couyoumdjian, hombre frontal, de paso firme y hospitalidad constante, no ha tenido una vida fácil y como afirma, “nos criamos en un ambiente de trabajo duro”. Ingresó a la marina a los 14 años y se desempeñó en más de 30 puestos diferentes durante los 44 años en la institución; fue comandante de diversos buques, Oficial del Estado Mayor General de la Armada. Fue Almirante durante 10 años y Asesor de tres Ministros de Defensa y dos Presidentes de la Nación.
El primer armenio de la marina de Chile ha recibido un sinfín de condecoraciones, ha representado a su país y ha trabajado por su patria, como él mismo lo ha dicho, “se me recuerda por haber hecho cosas”.
Hoy, Vicealmirante retirado, trabaja en Viña del Mar. Allí,
en su jardín, la bandera armenia flamea acompañada de la enseña chilena y la de almirante.
Los 14 mil kilómetros que separan ambos países, no impiden que el sentimiento perdure: “Yo me siento muy armenio y vibro cuando veo esa bandera”, dice con orgullo. Y, ciertamente, la lleva consigo a todos lados; durante los días invernales usa una bufanda particular: está compuesta con la tricolor armenia “La tejió mi hermana, la uso todos los días y también en las ceremonias de la armada”, sonríe Hernán.
Hernán Couyoumdjian junto con sus padres y hermanos - Graduación como Oficial de la Marina. Dciembre de 1962. Chile. Foto: Colección de la familia Couyoumdjian. |
El comienzo de un gran viaje
El origen de su familia, los Ekisler y Bakirgian, se remonta a Julfa. En 1605, el Shah Abbas, deportó a 30 mil familias de armenia oriental, las cuales se radicaron en el Norte de Persia. Julfa fue incendiada y la flamante ciudad de Nueva Julfa, fue creada por los ciudadanos deportados en Irán. Luego de varios años, sus descendientes migraron hacia el Mediterráneo y se instalaron en la ciudad de Esmirna (Izmir), al oeste de Asia Menor. Ohan Couyoumdjian, casado con Marina Bakirgian, administraba allí la sucursal de Bakirgian Frères, que importaba y distribuía textiles desde las fábricas de la familia en Inglaterra. En Esmirna, casualmente, también vivían frente al mar, en una casa de tres plantas.
Ohan Couyoumdjian y Marina Bakirgian, abuelos paternos de Hernán. Foto: Colección de la familia Couyoumdjian. |
La tragedia del Genocidio Armenio de 1915, perpetrado en el Imperio Otomano, no azotó a Esmirna con toda su intensidad. Además, en 1919 las tropas griegas tomaron el control de la ciudad, albergando a decenas de miles de refugiados armenios que huían de otras partes del imperio. “En ese momento mi papá tenía 9 años. Ellos se fueron a la casa de un vecino turco y alojaron en la suya a más de 200 armenios que venían del interior, escapando de las matanzas”, cuenta Hernán.
Pero Esmirna estaba destinada a ser el acorde final del Genocidio. El paisaje dejó de ser bello en septiembre de 1922, cuando el ejército turco, bajo las órdenes de Mustafá Kemal, tomó el control de la ciudad y continuó el plan sistemático de exterminio de los armenios.
El 13 de septiembre, las tropas turcas desataron incendios en los barrios armenio y griego. Cerca de cien mil personas murieron a causa del fuego o fueron asesinadas.
Aquellos que sobrevivieron, huyeron hacia la costa y, luego de algún tiempo, fueron evacuados por los buques de las fuerzas aliadas.
El escape y nuevo comienzo
Unos días antes, el 8 de septiembre, la familia Couyoumdjian Bakirgian logró salir en el destructor norteamericano USS Edsall. El escape se dio gracias a que sus familiares se entrevistaron con el Almirante Mark Bristol, Comandante en Jefe de la Flota de EEUU en la región y Alto Comisionado de Near East Relief, organización norteamericana que se hizo cargo de miles de huérfanos y refugiados armenios. “Un tío de mi padre que vivía en Constantinopla, donó 20 mil libras oro desde Inglaterra para obras de caridad y con pedido expreso de sacar a nuestra familia de allí”, relata Hernán. Así, además de su familia, otros 671 armenios y griegos fueron rescatados y llevados a Salónica, Grecia.
Pero había algo que no quedaba claro. Según cuenta, el destructor USS Edsall no figura en los libros de estrategia y los 3 destructores estadounidenses que trasladaron refugiados de Esmirna recalaron en Pireos y no en Salónica como le había contado su padre Loris. Entonces, el Vicealmirante Couyoumdjian rastreó los detalles del escape. Preguntó a EEUU y consiguió de los archivos de la Marina, la bitácora y los informes del Comandante del USS Edsall que certificaban que ese navío en el que iba su padre, zarpó el 8 de septiembre de Esmirna y recaló, efectivamente, en Salónica.
Luego de vivir en Grecia y en Francia, Loris Couyoumdjian, estudió en Inglaterra y más tarde se integró al negocio familiar en Manchester. En 1936 Loris tenía 23 años y su tío Marco Bakirgian lo envió a Chile para cerrar la sucursal que perdía dinero. Embarcado en esa misión, Loris llegó a Sudamérica donde hizo florecer los negocios de la empresa y se instaló en Santiago. En Buenos Aires conoció a Lola Bergamali Missirian, quien sería su futura esposa y madre de sus cuatro hijos.
Ohan Couyoumdjian (centro), Marina Bakirgian (sentada); abuelos paternos de Hernán, Hagop Couyoumdjian, Arturo Couyoumdjian (izquierda), Loris Couyoumdjian (derecha); padre de Hernán y la pequeña Rozet, sentada. Niza, Francia. Foto: Colección de la familia Couyoumdjian. |
Armenio chileno
Muchos armenios de la diáspora sienten cierta confusión identitaria, pero el Vicealmirante Couyoumdjian ha resuelto esta dualidad:
“Yo me siento chileno y también armenio, tengo las dos cosas: el ius solis y el ius sanguinis”.
Haber cumplido diferentes roles ha forjado su mirada particular: “La identidad armenia está en todos lados, en toda la vida. Al tener este punto de vista variado, puedo notar que es así”.
En 2006, Hernán Couyoumdjian fue electo presidente de la Colectividad Armenia de Chile. Así, siguió la posta de su padre Loris, quien fue el primer presidente de la Colectividad local, en 1957. Asumió el gran compromiso de renovar el “Hai Dun” (Casa Armenia) y volver a reavivar la llama armenia en Chile. Y así fue.
Su participación comunitaria no es casualidad. Su abuelo, Armen Bergamali, fue una figura central en la fundación de la Colectividad Armenia de Buenos Aires, presidiéndola por más de 30 años y en la construcción de la Catedral San Gregorio El Iluminador. Su abuela jugó un importantísimo rol en la fundación del jardín de infantes Couyoumdjian de Vicente López. Su tío abuelo, Marco Bakirgian, fue presidente de la colectividad armenia de Manchester. Actualmente, sus descendientes continúan el legado y están involucrados el Directorio de la Colectividad.
Hernán Couyoumdjian en el Monumento Tsitsernakaberd, rindiendo homenaje a los mártires del Genocidio de 1915. Armenia, 2013. Foto: Colección de la familia Couyoumdjian. |
La Patria
En 2013 fue invitado por el Ministerio de Defensa de Armenia, junto con otros Oficiales y Generales de origen armenio del mundo, a celebrar el Día del Ejército Nacional en Armenia. En ese viaje, tuvo la oportunidad de conocer a la sociedad armenia con mayor claridad: “Pude ver que el gobierno, el ejército, el pueblo y la iglesia están muy unidos. El pueblo armenio tiene un enorme espíritu de la soberanía, un gran valor patrio”. La mirada firme de un hombre de ideales, deja entrever el amor por ese país lejano geográficamente: “Volví y tenía muy fuerte el sentir armenio”.
Hernán Couyoumdjian considera que la posición del país es difícil pero con objetivos claros: “Armenia tiene que lograr la estabilidad de las fronteras, sin el desgaste de la guerra permanente. También tiene que lograr, por reconocimiento internacional, un corredor de libre tránsito hacia el Mar Negro”. En cuanto a un próximo reconocimiento de responsabilidad por parte de Turquía, “es difícil el reconocimiento de la verdad, ya que implica compensaciones y devoluciones de territorios y bienes confiscados. Armenia debe trabajar concientizando a la población turca actual, que no tuvo la culpa del Genocidio y que, poco a poco, irá conociendo la verdad de lo ocurrido y presionará a sus autoridades”.
El gran valor de la familia
Para el Vicealmirante Couyoumdjian, la familia es el gran pilar de la vida. “Este año hicimos un viaje familiar; éramos 24, incluyendo a mis 5 hijos y 13 nietos”. Orgulloso de su origen, ha transmitido la historia familiar armenia a las generaciones siguientes; “Si bien no hablan armenio, todos saben lo que pasó y sienten lo armenio. Nosotros fuimos educados con nuestra historia y se la contamos a nuestros hijos y nietos, sin inculcar odio hacia el pueblo turco actual, pero sí con una fuerte crítica a los gobernantes”, explica y concluye: “Lo armenio es muy fuerte. La sangre armenia se mantiene a través de la familia”.
Hernán Couyoumdjian es especialista en Artillería y Misiles, Buzo Táctico, Paracaidista, Profesor Militar, fue Comandante del BE Esmeralda y otros buques. En Francia fue agregado naval a la embajada de Chile. De Almirante 10 años: Director de Armamentos, Director de Programas Investigación y Desarrollo, Comandante en Jefe y Juez Naval de la Primera Zona Naval, Director General del Personal, Jefe del Estado Mayor General de la Armada, terminando su carrera como Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, siendo asesor de tres Ministros de Defensa y dos Presidentes de la República.
La historia fue verificada por el Equipo de Investigación de 100 LIVES.