Bodil Biorn

Bodil Biorn

Bodil Katharine Biorn nació para tener una vida de privilegios. Hija de un exitoso naviero, fue una de las pocas niñas de su entorno en disfrutar de una vasta educación. 
 

Como era de esperar, la mayoría de las mujeres de su edad y de su clase social tenían que casarse y formar una familia. Durante un tiempo, esta fue también la  expectativa principal de Bodil. En 1903, comenzó a presenciar las conferencias ofrecidas por los misioneros alemanes y escandinavos sobre la compleja situación de los armenios en Turquía y su vida tomó una trayectoria radicalmente distinta.

Al cabo de dos años, la Organización de Mujeres Misioneras (OMM) la envió al Imperio Otomano para trabajar como enfermera. Con la financiación proporcionada por la OMM, abrió un orfanato, una escuela y una estación de ambulancias. Contrató a trabajadores locales y aprendió armenio, turco, árabe, alemán e inglés.

Si los pogroms de la década de 1890 golpearon fuertemente a Bodil, lo que sucedió a continuación, fue mucho peor.

Lo que la diferenció de muchas otras personas valientes, es su notable logro en la recopilación de evidencia sobre lo que ocurría durante el Genocidio Armenio, mientras que la comunidad internacional miraba hacia otro lado. 

Ella sobrevivió contra todo pronóstico pero, al final, sus jóvenes pupilos no lo lograron. El orfanato donde Bodil trabajaba fue incendiado y los niños fueron quemados vivos frente a sus ojos. 

"Después de perder a mis huérfanos, he sufrido psicológicamente. Pero incluso la profunda desesperanza no pudo empujarme fuera de allí y hacer que vuelva a mi país. Me quedé en Kharberd (Harput, actualmente Elazig en Turquía) durante cinco meses y buscaba una oportunidad para regresar a Mush (actualmente, al este de Turquía) y tal vez encontrar algunos de mis huérfanos con vida para poder calmar mi corazón", dijo más tarde.

En efecto, Bodil encontró la oportunidad para volver a Mush y ayudó a refugiar y alimentar a los sobrevivientes. 

A finales de 1918, Bodil había salvado a cientos de huérfanos y mujeres armenias.

En 1926 se trasladó a Siria, donde trabajó en un orfanato cuidando a niños armenios hasta 1935.

 

Sus testimonios están en un diario escrito a mano, que se compone de observaciones propias, relatos de testigos, fotografías de víctimas del Genocidio, de los niños que sobrevivieron a las masacres y las historias de cómo les fue después.

El diario se había dado por perdido y fue encontrado accidentalmente en el armario de Bodil por su nieto, Jussi Biorn, quien lo entregó al Museo-Instituto del Genocidio Armenio.

El 3 de diciembre de 2007, la comunidad armenia de Alepo, en Siria, inauguró un monumento en honor a Bodil Biorn. Un segundo monumento fue instalado frente a la alcaldía de la ciudad natal de Biorn, en Kragerø, Noruega.

 

Irónicamente, a pesar de ser considerada una leyenda entre los armenios de la Diáspora  y en la propia Armenia, se sabe relativamente poco acerca de Bodil en Noruega. Pocos saben sobre su heroica tarea de dejar registros sobre el Genocidio.

Murió en 1960, a los a los 90 años y está enterrada en una modesta tumba en Kragero.

Pero para los armenios, ella siempre tendrá un lugar de honor. El 22 de julio de 2008, una caja de vidrio que contiene tierra de la tumba de Bodil Biorn, se instaló en el Muro del Monumento a las víctimas del Genocidio Armenio en Tsitsernakaberd. 

Las imágenes son cortesía del Museo Instituto del Genocidio Armenio.

La historia fue verificada por el Equipo de Investigación de 100 LIVES