El sondeo anual de opinión pública mide el comportamiento de las personas respecto a las cuestiones humanitarias en todo el mundo, la efectividad de la intervención humanitaria y las motivaciones de las personas para intervenir en nombre de los demás. Un punto positivo que mostró el Índice 2017, es que los jóvenes superan a sus generaciones antecesoras, demostrando una mayor apertura y apoyo a los refugiados y la voluntad de emprender acciones humanitarias.
Los resultados del Índice, que encuestó a cerca de 6.500 personas en 12 países, se vieron agravados por el hecho de que solamente un 9% de las personas cree que sus acciones pueden marcar una diferencia en la solución de la crisis de refugiados. Por segundo año consecutivo, el terrorismo fue citado, con un 63%, como el primer problema humanitario, seguido por la creciente brecha entre ricos y pobres, la hambruna, el cambio climático y la migración forzada.