La salida: repensar el enfoque mundial ante las crecientes necesidades humanitarias

La salida: repensar el enfoque mundial ante las crecientes necesidades humanitarias

El 18 de diciembre de 2023, la Iniciativa Humanitaria Aurora organizó el evento de los Diálogos Aurora Online llamado “La salida: repensar el enfoque del mundo ante las crecientes necesidades humanitarias”, en asociación con The New Humanitarian.

Sallie Lynch, directora de desarrollo de la Iniciativa Humanitaria Aurora, inició la conversación al darle la bienvenida a los participantes. Reflexionó sobre el Panorama Humanitario Global 2024, publicado por la ONU y que presenta los desafíos, las dificultades y las necesidades multifacéticas de casi 300 millones de personas en todo el mundo que requieren ayuda y protección humanitaria urgente. Según ese informe, más de 73 millones de personas precisan apoyo inmediato en Afganistán, Sudán y la República Democrática del Congo, que son los tres países que más ayuda necesitan. Y, precisamente, esos son los países donde tres Galardonados y Galardonadas con el Premio Aurora (Jamila Afghani, Tom Catena y Julienne Lusenge) brindan ayuda y apoyo. “La acción humanitaria debe centrarse en reconocer y amplificar el papel de los actores locales y nacionales que aprovechan las asociaciones multisectoriales y garantizan respuestas inclusivas, responsables y centradas en las personas, al mismo tiempo que se prioriza la diplomacia humanitaria para navegar en entornos cada vez más desafiantes”, dijo Sallie Lynch antes de darle la palabra a Heba Aly, directora ejecutiva de The New Humanitarian y moderadora del evento. También participaron del debate Damián Lilly, jefe adjunto de la oficina de UNOCHA; Deqo Mohamed, fundador y director ejecutivo del Instituto Hagarla; Degan Ali, director ejecutivo de Adeso, y Janah Ncube, directora ejecutiva adjunta de Crisis Action.

En su discurso de apertura, Heba Aly habló sobre el sufrimiento humano y cómo éste había aumentado en el transcurso de los años. Señaló que, al leer las noticias, uno puede encontrarse con una historia tras otra sobre ese sufrimiento y las necesidades que existen en todo el mundo, desde Sudán del Sur hasta Haití, Yemen o la República Democrática del Congo. Y, cada vez, se suman más crisis a la lista. “Cada año, crece la brecha entre las necesidades existentes y la capacidad del mundo para satisfacerlas. Aunque la financiación aumenta, aproximadamente, la mitad de quienes necesitan ayuda no la reciben todos los años. […] Por lo tanto, creo que es imperativo que nos preguntemos si la ayuda humanitaria sigue siendo la mejor herramienta para responder en este entorno y bajo la llamada policrisis o si existe un mejor enfoque para alivianar el sufrimiento”, dijo Heba Aly y planteó una pregunta que alentó un profundo debate.

Dado que la suma de 46 mil millones de dólares en fondos humanitarios de la ONU para 2024 que fue publicado el 11 de diciembre de 2023 es menor que el año anterior y las necesidades humanitarias aumentaron, esto hace que se deba observar más de cerca la forma en que funciona o debería funcionar el sistema, argumentó Damian Lilly, jefe adjunto de la oficina de UNOCHA. “En términos de necesidades humanitarias y cómo se desarrollan, tenemos una división extremadamente desigual en cuanto a dónde van los recursos. Hemos lanzado este llamamiento y sabemos que habrá una determinación política sobre dónde terminará el dinero. No será necesariamente donde la necesidad sea mayor. Y creo que hay que cambiar esto. Los donantes, que son un pequeño número quienes constituyen la mayoría, aportan a Ucrania, a Gaza y a otros lugares que, claramente, tienen una gran necesidad, pero tenemos otros lugares [como] Myanmar, un país casi olvidado, donde no se presta de ningún modo el mismo nivel de atención”, explicó Lilly.

Janah Ncube, directora ejecutiva adjunta de Crisis Action, habló sobre la necesidad de reformar instituciones como la ONU o el Banco Mundial. Según ella, las normas y reglas adoptadas después de la Segunda Guerra Mundial ya no se respetan y es necesario actualizar el sistema. “Si nos fijamos en nuestro trabajo humanitario, es realmente muy reactivo. Respondemos a las crisis. No nos tomamos el tiempo para pensar en cómo prevenirlas. Me gustaría ver un cambio en el  presupuesto en defensa para ver, realmente, una inversión en la paz. Si podemos tener países que forman un Ministerio de la Felicidad, ¿por qué no podemos tener un Ministerio de la Paz? […] Conocemos el desarrollo, conocemos el crecimiento económico, conocemos la innovación, sabemos que el bienestar ocurre en un contexto de paz, pero todos nuestros países, la mayoría de nuestros países, invierten significativamente en sus Ministerios de Defensa”, señaló Janah Ncube.

Degan Ali, director ejecutivo de Adeso, no estuvo de acuerdo con que el problema pudiera resolverse, simplemente, con una reforma del sistema. Expresó su convicción de que la situación en la que nos encontramos hoy fue creada intencionalmente y es intencionalmente política. “Los países tienen que elegir entre permanecer en el sistema actual, saber lo que significa, o arriesgarse y dar un acto de fe y esperanza para generar algo que sea más justo. […] Creo que mucho tiene que ver con lo que sucederá en los próximos años y cómo reacciona Occidente al reconocer que van hacia el descenso y que ellos ya no están en el asiento del conductor y tienen que compartir el auto con otra gente. […] Somos parte de una pequeña porción dentro de la arquitectura global y seguimos hablando de la acción humanitaria como si estuviera separada de esta arquitectura local y no lo es”, señaló Degan Ali.

Deqo Mohamed, fundador y director ejecutivo del Instituto Hagarla, se centró en la falta de comunicación entre las ONG locales, las ONG internacionales y los gobiernos. “Si quieres lograr un cambio específico, no es sólo a través de la ayuda. Esto es suficiente para la primera emergencia. Pero, a continuación, deberíamos pensar en cómo desarrollarnos mejor y cómo podemos involucrar a más [actores locales]. No se trata sólo de dar algo de dinero a las ONG locales, sino también de desarrollar sus habilidades, asegurándose de que tengan la capacidad de asumir el control. […] Tenemos que permitir que la gente se ocupe de sus problemas a nivel local. […] Tenemos que presionar a nuestros gobiernos para que tengan un sistema sostenible que pueda apoyar y pueda implementar un sistema mejor. De lo contrario, es posible trabajar en soledad, por muy buen médico que sea”, afirmó Deqo Mohamed.

Al cerrar el debate, la moderadora Heba Aly agradeció a todos los participantes por compartir sus aportes y les deseó a todos un 2024 pacífico, ya que el 2023 fue un año difícil. “Y que esta conversación sea un paso hacia la búsqueda de formas de reducir el sufrimiento y avanzar”, dijo.

A continuación, el video completo del debate en inglés.