El pasado domingo, durante la “Santa Misa para los Fieles de Rito Armenio”, el líder de la iglesia católica denominó las masacres de los armenios en el Imperio Otomano al comienzo del siglo XX, como “genocidio”. En su discurso en la Basílica de San Pedro, el 12 de abril pasado, el Papa Francisco se dirigió a un numeroso público, entre los que se encontraba el Presidente de la República de Armenia, Serzh Sargsyan y los líderes de la iglesia armenia. El papa se refirió sobre los peligros que se plantean ante la indiferencia y el no reconocimiento del pasado.
“La humanidad conoció en el siglo pasado tres grandes tragedias inauditas”, dijo el Papa, agregando que la primera de ellas es ampliamente reconocida como “el primer genocidio del siglo XX”, siendo el primer afectado, el pueblo armenio. Las otras dos, según el Papa, fueron los perpetrados por el nazismo y por el estalinismo.
El Papa Francisco instó a los presentes a no olvidar a aquellas personas que perdieron su vida durante estos trágicos sucesos: “Es necesario recordarlos, es más, es obligado recordarlos, porque donde se pierde la memoria quiere decir que el mal mantiene aún la herida abierta; esconder o negar el mal es como dejar que una herida siga sangrando sin curarla”.
Durante la Santa Misa, el Papa no sólo recordó estos hechos de hace cien años atrás, sino que también tragedias similares más recientes, incluyendo lo sucedido en Camboya, Ruanda, Burundi y Bosnia: “parece que la humanidad no consigue dejar de derramar sangre inocente”, dijo el pontífice.