La sesión se realizó el 4 de diciembre en las oficinas de Berlín de Robert Bosch Stiftung y comenzó con un mensaje a través de un video del Dr. Tom Catena, el Galardonado con el Premio Aurora 2017, quien no pudo dejar el Hospital Mother of Mercy en las montañas de Nuba, donde es el único cirujano de la región devastada por la guerra de Sudán. Al referirse sobre los desafíos de la crisis migratoria, se refirió a un desafío fundamental: “Creo que es imperativo que incluyamos los pensamientos y las opiniones de las naciones anfitrionas, que abordemos sus miedos y que entendamos a qué se refieren cuando dicen que temen la pérdida de su identidad y de su cultura. Creo que es necesario calmar esos temores para que, eventualmente, puedan decidir que la integración es la única manera de avanzar y que, a la larga, esto será útil para ellos y para sus países”.
Vartan Gregorian, presidente de Carnegie Corporation of New York, destacó la importancia de la manera en la que la comunidad global ve a aquellos que fueron obligados a migrar. “Los refugiados no son una categoría, son seres humanos. Cuando se dice ´refugiado´, se los deshumaniza. Cuando decimos ´personas desplazadas´, los deshumanizamos. Ellos son seres humanos que intentan sobrevivir y tienen aspiraciones, metas, sueños, familias, amor. Esta es una de las cosas que me inspiró a unirme a sus esfuerzos”, dijo.
Jamila Afgani, fundadora y directora ejecutiva de la Organización Noor para el Desarrollo Educativo y de Capacidades en Afganistán, compartió su historia como refugiada y cómo los desafíos que tuvo que afrontar se ven reflejados en su trabajo. “Comencé mi trabajo social ya que, personalmente, pasé por eso. Me crié en ese ambiente, así que puedo comprender los problemas de los demás refugiados, mis compatriotas afganos que están en campos de refugiados”.
Marguerite Barankitse, fundadora de Maison Shalom y el Hospital REMA en Burundi, destacó la necesidad de los esfuerzos conjuntos a nivel mundial y habló sobre el impacto del Premio Aurora. “Si esos jóvenes (que están en los campos de refugiados en Ruanda) no regresan a la universidad, ¿qué harán? Tomarán las armas y volverán (a Burundi) para vengarse. Hoy, podemos celebrar que pueden ir a las universidades y que las madres pueden alimentar a sus hijos. Estas son las semillas y si todos pueden plantar una semilla, cambiaremos el mundo”.
Para demostrar los beneficios de la integración de los refugiados en las sociedades que los han acogido, Ali Aslan presentó a jóvenes provenientes de zonas de conflicto. “Aquí tenemos tres personas muy inteligentes que llegaron a Alemania”.
Osasu Osayande de Nigeria, Amr Al Jaber de Siria y Elizabeth Kaku Gimba de Sudán del Sur, hablaron sobre sus respectivos viajes, las múltiples migraciones y el proceso de su integración en la comunidad del Unided World College Robert Bosch en Friburgo.
Laurence Nodder, rector de UWC Robert Bosch dijo: “UWC reúne a diversas personas. Nosotros lo llamamos ´diversidad deliberada´, personas que bajo ninguna circunstancia tendrían la oportunidad de vivir y aprender juntas. A través de este proceso, descubrimos nuestra humanidad común, el sentido de optimismo y lo que podemos lograr juntos”.
Esta primera sesión generó el ambiente para los debates del día siguiente. Vartan Gregorian alentó a los participantes a entablar un diálogo y a conocerse. “El diálogo es esencial. No sean intelectuales aislacionistas o aislacionistas sociales, porque de ello deviene la alienación y la desesperación”, concluyó.