Ahora usted es un Héroe Aurora. ¿Cómo le hace sentir?
Siendo una mayor responsabilidad hacia el mundo ya que la comunidad humanitaria internacional me ha aceptado como uno de los suyos. Ahora mi objetivo es ser un miembro digno de la familia Aurora.
¿Cuál fue la reacción en Alemania y en Irak?
Todos, no sólo los yazidíes, sino también miembros de otras minorías y el pueblo iraquí que conocen mi trabajo humanitario, expresaron su reconocimiento. Mis amigos me dicen que semejante reconocimiento internacional de mi trabajo aumentará las posibilidades de construir la paz y establecer los principios de convivencia dentro de la comunidad iraquí, llevando la voz de la paz a nuestras comunidades.
Ser activista humanitario es una elección difícil y sabemos que no fue su primera opción. ¿Alguna vez tuvo dudas al elegirlo?
Creo que no es una elección, es el destino. Mi destino fue nacer en una comunidad perseguida que ha pasado por el genocidio en curso durante muchas décadas. El lanzamiento de Air Bridge Iraq fue espontáneo y emotivo cuando los terroristas de Al-Qaeda masacraron a los yazidíes en 2007. Fundamos Air Bridge Iraq para salvar a los niños. Sólo quería ayudar y nunca me arrepentí de haber elegido este difícil trabajo.
Mirza Dinnayi luego de llegar a Alemania con el primer grupo de niños que llevó para que reciban tratamiento. Düsseldorf, 2007 |
¿Qué le inspiró para ayudar a los demás?
Al principio fue la sensación de que puedes ayudar a las víctimas del terror. Luego vino el genocidio de los yazidíes y las mujeres y las niñas jóvenes que sufren: no puedes permanecer indiferente. Cuando estuve en un accidente de helicóptero, vi la muerte con mis propios ojos, no solo la de los demás, sino la mía. En ese momento, me di cuenta de que mi vida debería tener otro significado. Sabía que tenía más responsabilidades que asumir.
Usted es un hombre de familia que realiza un trabajo muy agotador, eso no es sencillo. ¿Cuál ha sido su experiencia personal más difícil hasta el momento?
Como padre, puedo decir que no paso suficiente tiempo con mi familia y es lo que lamento. Necesito más tiempo con mi hija mayor. Ella es no vidente y nació prematuramente, por lo que tiene muchos problemas de salud. Tiene hemodiálisis. A veces me siento culpable porque no puedo ayudarla. Mi esposa y mis familiares podrían llegar a decir que trato a otros chicos pero no a los míos. Pero, al mismo tiempo, ellos saben y respetan mis principios y mis metas. Por ende, me apoyan. Mi pequeña familia cree en lo que hago y sacrifican sus propias necesidades para mostrar solidaridad.
¿Dónde encuentra la fuerza y la valentía?
Creo que la fuente principal es la educación que recibí gracias a mi familia. Comencé a leer libros cuando era niño, lo cual era inusual para mi comunidad. Vengo de un pueblo donde la mayoría de las personas eran agricultores, en su mayoría sin educación. Mi padre era un hombre de negocios y visitaba la ciudad de Mosul todas las semanas para traer bienes. Cada vez que iba, llevaba a uno de nosotros para hacer el papeleo, ya que no sabía leer ni escribir. Tenía 12 años y él me alentó a comprar libros y leerlos. A los 17, tenía más de 500 libros en casa. Cuando era adolescente comencé a escribir cuentos y poemas como otros adolescentes occidentales. Y esa fue una experiencia reveladora para mí.
¿Alguna vez ha temido por su vida mientras ayudaba a los demás?
Muchas veces, pero siempre estuve completamente convencido de que el trabajo que hago merece más.
¿Qué consejo le daría a quienes desean comenzar a trabajar en el campo humanitario?
Les diría que este es el mejor trabajo que se puede hacer en la vida. Pero deben tener en cuenta algunas cuestiones importantes: no esperen el agradecimiento de los demás, tengan en cuenta que incluso las personas a las que han ayudado pueden culparlos a veces, por cosas insignificantes. Sólo hagan lo que creen y no esperen nada de nadie. El trabajo humanitario debe venir de sus corazones. Serán heridos y sufrirán con los demás. Si ayudan, podrán terminar con el sufrimiento. Pero recuerden que el sufrimiento afectará a una parte de su alma para siempre.
¿Quiénes son sus héroes y cómo le inspiran?
Admiro a todos los soldados desconocidos de cada comunidad que ayudan a las personas que los rodean, incluso si no los conocen. Cuando escucho historias como esta, me llevan a otro mundo. Mis héroes son aquellas mujeres y niñas, las personas que han sido víctimas de guerras en todo el mundo, que han sobrevivido a genocidios y otros crímenes de lesa humanidad, a lo largo de la historia de la humanidad. Todos ellos: armenios, judíos, ruandeses, congoleños, bosnios y yazidíes han creído en un principio: fueron elegidos para sobrevivir por el destino, porque tienen el deber de luchar por el resto de nuestra comunidad humana. Creo que tengo el mismo destino y tengo responsabilidades que cumplir.
Yazidíes a la espera de ser evacuados. Montañas de Sinjar, 2014 |
¿Nos podría contar un poco más sobre su amistad con Lamiya Haji Bashar? ¿Le ayuda en su trabajo?
Conocí a Lamiya cuando se lastimó después de escapar del ISIS en 2016. Ella no podía ver. Para mí, lo primero era salvar su vida y su vista. La traje a Alemania para un tratamiento médico. Nunca imaginé que Lamiya fuera tan fuerte y capaz de contar su historia al mundo. Mientras trabajaba sorbe el tema de los yazidíes en diferentes lugares y situaciones políticas, ella me preguntó si quería que me acompañara. Quería hablar sobre lo que le había sucedido. Quería que el mundo fuera consciente de la tiranía del ISIS. Organicé un evento especial en el Parlamento Europeo y la llevé allí para que pueda presentar su historia. Ella impuso el respeto de los políticos europeos. Después de eso, la acompañé a muchos eventos, conferencias y reuniones políticas. Con la ayuda del Grupo de Amistad Yazidí del Parlamento Europeo, pudimos nominarla junto con Nadia Murad para el Premio Sakharov 2016. Y ellas ganaron. Tenemos una relación muy cercana, ella es parte de mi familia. Es como una hija para mí y manejo su agenda junto con la mía. A veces, los dos estamos invitados al mismo evento, a veces la acompaño para las traducciones o sólo para estar junto a ella y otras veces ella viene conmigo cuando es necesario.
¿Cuáles son sus próximos pasos?
Esto es sólo el comienzo. El genocidio de los yazidíes continúa y necesitamos garantizar la justicia. La lucha por los derechos de las víctimas es un desafío largo y doloroso. Prometí defender los derechos de las víctimas y de las minorías, paz y coexistencia. Las víctimas y los sobrevivientes del genocidio tienen un lugar especial en mi vida. Pero tales sueños no pueden realizarse sin la ayuda de la comunidad humanitaria internacional. iniciativas como Aurora son cruciales para aumentar la conciencia sobre estos temas. Participar del Foro Aurora será una buena oportunidad para vincularse con otros activistas de derechos humanos, activistas humanitarios y ONG. Será una buena oportunidad para desarrollar mejores ideas para el beneficio de la humanidad y el campo humanitario.