Por Rouben Indjikian, Profesor en Webster University Geneva
El 25 de septiembre de 2013, el Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de Armenia celebró el 100° aniversario de su fundador, Hovhannes Grigori Indjikian, un reconocido historiador. ¿Por qué un colega que falleció en 1990 sigue siendo tan honrado? Antes que nada, por el patrimonio de valores científicos, de actos y de valores ejemplares y humanos que legó a sus colegas más jóvenes y a todos nosotros.
Mientras que sus ex colegas lo recuerdan, principalmente, por su rol en la creación y la construcción del Instituto, los familiares, colegas más antiguos y reconocidos historiadores recuerdan a Hovhannes Indjikian como un ardiente patriota y defensor de la dignidad y de los valores humanos. Fue de una importancia especial su rol clave en el mantenimiento de la memoria colectiva de los armenios martirizados durante el trágico período del Genocidio de 1915-1921.
El programa emitido por la televisión armenia el 25 de septiembre de 2013, en memoria de Hovhannes Indjikian, como parte de su historia destacó el especialmente notable ejemplo de la carta para el líder de la Armenia Soviética, Yakov Zarobyan. La carta fue una iniciativa suya y fue escrita junto a otros dos historiadores; Tsatur Agayan y John Kirakosyan. Propusieron la construcción de un memorial que conmemore el 50 aniversario del Genocidio Armenio y que sirva como un lugar de recuerdo para las futuras generaciones. Luego de grandes marchas en Ereván el 24 de abril de 1965, Moscú aceptó sabiamente la propuesta de los destacados historiadores armenios, que estaba respaldada por Zarobyan. De esta forma, Indjikian se convirtió en uno de los precursores del Monumento Tsitsernakaberd, dedicado a las víctimas del Genocidio Armenio.
En Armenia, Hovhannes Indjikian fue conocido como un defensor de la dignidad y de los valores humanos mucho antes. A los 40 años y miembro de la elite política, tuvo el coraje suficiente para defender a Grigory Arutyunov, entonces líder de Armenia Soviética, durante una larga reunión del Comité Central, que había llamado a destituirlo y a castigarlo de acuerdo con los aún vigentes estándares de la represión estalinista. Mientras que la mayoría de quienes participaron de la reunión atacaron a Arutyunov, Indjikian se atrevió no sólo a proponer que se reconocieran los principales logros de Arutyunov, sino también que se le asignaran nuevas tareas oficiales. El resultado de la reunión, sin precedentes para este período, fue que Arutyunov ni siquiera fue encarcelado. Gracias a este acto de valentía y de responsabilidad cívica en 1953, mucho antes de que se iniciara la desetalinización, Hovhannes Indjikian se hizo famoso entre la elite como alguien que se atrevió a poner los principios de decencia antes que el oportunismo.
Luego de haber logrado la creación del Instituto y formar un equipo de dedicados investigadores-orientalistas (Ruben Safrastyan, el actual Director del Instituto fue su estudiante de doctorado), Honhannes Indjikian se concentró más en el trabajo académico y, particularmente, escribió monografías sobre la burguesía del Imperio Otomano (basado en su segunda tesis doctoral) y sobre la psicología social del genocidio. Estas monografías inspiraron nuevas investigaciones. Mientras trabajaba en la historia del desarrollo del capitalismo en el Imperio Otomano, Indjikian llegó a la conclusión de que una de las razones por las que se llevó a cabo el Genocidio fue con el objetivo de recuperar la riqueza de los empresarios armenios, quienes controlaban partes considerables de las industrias y de las finanzas del Imperio. En ese sentido, el régimen de Hitler siguió el ejemplo de los Jóvenes Turcos en sus ataques contra los judíos y la eventual perpetración del Holocausto. Esto también explica sus famosas palabras: “… ¿Quién, después de todo, habla de la aniquilación de los armenios?...”, como parte de su aliento a los ataques contra los judíos. En su libro Psicología Social del Genocidio, Indjikian intentó explicar los conceptos de supremacía racial y odio que subyacen a estos crímenes de lesa humanidad y explica por qué a veces las masas destruyen a las minorías. Al analizar el fundamento ideológico de este comportamiento, llegó a la conclusión de que esto se basa en la educación y en el condicionamiento cultural que promueven las ideas de excepcionalismo y de supremacía de una etnia dominante como medio de control y de represión sobre otro grupo étnico o religioso. En el caso del Genocidio, los armenios eran considerados como obstáculos para lograr la quimérica idea de reemplazar el decadente Imperio Otomano con el nuevo proyecto panturquista.
Las ideas del Profesor Hovhannes Indjikian, un destacado historiador y defensor de la memoria colectiva de los armenios como víctimas de un genocidio, deben formar parte integral del combate contra el actual negacionismo turco. Además, el racismo, la intolerancia y varias formas de excepcionalismo continúan causando grandes problemas para la humanidad, que necesita concentrarse en abordar los desafíos globales existentes. Así, mientras que la obra de Hovhannes Indjikian se basó en la historia regional y armenia y, particularmente, en el Genocidio de 1915-1921, sus advertencias son relevantes para el mundo contemporáneo.