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Julienne Lusenge: “Las mujeres congoleñas ya no son víctimas sino agentes de cambio”

Julienne Lusenge: “Las mujeres congoleñas ya no son víctimas sino agentes de cambio”

La Galardonada con el Premio Aurora 2021, Julienne Lusenge, es una defensora de derechos humanos congoleña que durante años ha apoyado a las víctimas de la violencia sexual en tiempos de guerra en la República Democrática del Congo como cofundadora y presidenta de Solidaridad de Mujeres para la Paz y el Desarrollo Inclusivos (Women's Solidarity for Inclusive Peace and Development - SOFEPADI) y cofundadora del Fondo para las Mujeres Congoleñas (Fund for Congolese Women - FFC). Hablamos con ella sobre su intrépido activismo y los peligros y alegrías que esto trae a su vida.

Mujeres en riesgo y guerras interminables

Cuando eres mujer o niña en la República Democrática del Congo, eres una víctima potencial de todas las formas de violencia, especialmente la violencia sexual. Estamos a la merced de todos estos grupos armados que pululan en nuestro país y hasta de la cultura que no permite que defiendas tus derechos, tu opinión, que te limita a servir a tu comunidad.

Nuestro país ha estado en guerra durante 27 años. Además de esto, hay guerras intercomunitarias. Estos conflictos son instrumentalizados por los vecinos, por las empresas que vienen a saquear los recursos mineros. Principalmente, se trata de un conflicto económico pero que explota pequeños conflictos intercomunales para empeorar la situación.

Como periodista, activista y feminista, cuando veía a las mujeres en la calle con sus hijos, sin apoyo, sin ropa, sin comida, me dolía mucho. Empecé a hacer programas sobre la paz para llamar a las mujeres a acoger a otras mujeres y no dejarlas en la calle, además de los programas [que] hacía sobre los derechos de las mujeres y los niños. Organicé muchas reuniones con jefes tradicionales, líderes comunitarios de todas las comunidades y con mujeres.

Hubo un momento en el que cada mujer fue tocada por esta guerra y ya no podíamos hablarnos. Un día, podrías encontrarte con una mujer con la que creciste y ella miraría hacia otro lado. Me dije a mí misma: “¿Qué nos pasa?”. Y organicé una reunión. Al final, entendimos que nosotras, como mujeres, no sabíamos nada de la guerra. Lloramos mucho y decidimos superar esto e ir a las comunidades a decirles que paren la guerra.

 

Pagar el precio

Mientras movilizaba a la gente, fui blanco de líderes de grupos armados que me identificaron como opositora de sus movimientos. Tuve que enviar lejos a mi marido y a mis hijos. No quería irme. Pensé que toda esta gente usaba la violencia para hacernos huir para que fueran libres de hacer lo que quisieran, matar y violar mujeres.

Me quedé, seguí haciendo mis informes y enviando memorándums por todo el mundo. En ese momento, solo tenía poco más de treinta años. No me di cuenta de lo grave que era la situación. Un día tuve que irme porque las cosas no iban bien y me reuní con mi familia en Benín. Mis compañeros se unieron a mí poco después porque habían sido atacados. Mi casa quedó completamente destruida. Saquearon lo poco que teníamos. Todo fue destruido.

Hubo momentos en los que me sentí culpable. Atacaron a mi familia y perdimos todo por el trabajo que hacía. Mis hijos fueron amenazados de muerte. Pero mis hijos y mi esposo me alentaron cada vez más a continuar con mi trabajo. Fue este apoyo de mi esposo y de mi familia lo que me empoderó para continuar.

 

La solidaridad trae fortaleza

SOFEPADI trabaja para promover y defender los derechos de las mujeres. Nuestro trabajo consiste en documentar todo tipo de violencia contra las mujeres, apoyar a las víctimas que las denuncian, ayudarlas a hacerlo, informar a la población sobre sus derechos para que puedan denunciar los delitos y capacitarlas para que conozcan sus derechos para defenderse. Brindamos apoyo médico, psicológico, legal y judicial, así como apoyamos la reintegración socioeconómica de las sobrevivientes. Ayudamos a los niños que fueron víctimas de violación o quienes nacieron de una violación a regresar a la escuela y estudiar en la universidad si así lo desean.

Reunimos a las sobrevivientes en grupos solidarios para que puedan brindar apoyo mutuo y compartir sus experiencias para salir de la situación. Les enseñamos sobre las leyes para que se conviertan en asistentes legales y puedan ir a la corte para acompañar a otras sobrevivientes. También organizamos lo que llamamos “salas de justicia” en los pueblos: traemos jueces a las aldeas para juzgar a los perpetradores.

Trabajamos mucho sobre los derechos de las mujeres y los niños, pero también sobre la paz. Hemos organizado mesas de trabajo en los pueblos para atender y resolver conflictos intercomunitarios. Las mujeres son las que lideran estos grupos. Hoy no me necesitan a mí ni a ninguna otra colega en sus pueblos.

Actualmente, hay mujeres que denuncian las violaciones cometidas por sus maridos contra sus hijas. Esto es algo [anteriormente] inaudito. Tenemos jóvenes que organizan campañas para denunciar la violencia contra las mujeres. Este es un gran avance que hemos logrado. Tenemos jefes tradicionales que aceptan tener mujeres a su lado, lo que antes no ocurría.

Junto con mis compañeras creé el Fondo para las Mujeres Congoleñas, que moviliza recursos, los da a otras organizaciones, fortalece sus capacidades para que también puedan realizar acciones transformadoras en sus pueblos. Cuando capacitamos a las víctimas de violencia sexual en Bunia, otras se capacitan en difetentes localidades con los fondos que les damos. Como resultado, nos volvemos más fuertes.

En la actualidad contamos con una gran red de mujeres activistas y sobrevivientes que trabajan por la paz, por los derechos de las mujeres y para denunciar la violencia sexual. No somos sólo víctimas. Las mujeres congoleñas y las sobrevivientes te dicen que ya no son víctimas. Son los agentes del cambio porque traen cambios a sus pueblos.

Julienne Lusenge ha empoderado a miles de mujeres víctimas de violaciones durante la guerra. Para ayudar a los valientes héroes de la actualidad como ella a continuar con su trabajo que cambia vidas, por favor,  apoye a Aurora en auroraprize.com/es/donate