Elizabeth Yazidjian, bisabuela de Derek Sherinian (derecha)
Foto: Colección privada de Derek Sherinian
Se trata de una fotografía conocida en Armenia, que muestra a dos jóvenes mujeres pertenecientes a una banda de guerrilleros. La imagen se hizo viral en Internet, pero se compartió sin ninguna información acerca de cuándo o dónde se había tomado o quiénes estaban retratadas. Mientras hablaba sobre sus parientes de Armenia Occidental en el año 2013, durante una entrevista en Los Ángeles, Derek Sherinian sacó, inesperadamente, esa misma foto de su carpeta diciendo: “Ésta es mi bisabuela”.
El virtuoso tecladista Derek Sherinian
Foto: 100 LIVES
Derek Sherinian es un tecladista virtuoso y un compositor reconocido en todo el mundo. Grabó 40 álbumes con varias bandas y músicos, muchos de los cuales son verdaderas leyendas del rock. Admirado por el talento de Derek, el consagrado roquero Alice Cooper, quien colaboró con Derek en el álbum de platino “Trash”, llamó a Sherinian el “Calígula de los Teclados”. El cocreador de Kiss, Gene Simmons, considera a Derek como el armenio más talentoso que haya conocido (aparte de su expareja, Cher). Sherinian tocó en el tour “Revenge” del grupo Kiss. Durante cuatro años estuvo en la banda de metal progresivo Dream Theater. Luego, grabó “Planet X”. En 2010, se convirtió en miembro fundador de la banda de rock pesado Black Country Communion con el bajista de Deep Purple, Glenn Hughes y Jason Bonham, hijo del baterista de Led Zeppelin, John Bonham. Muchos artistas reconocidos, entre los que se destacan Billy Idol, Yngwie Malmsteen y Slash tocaron con él.
Hijo de padre armenio y madre griega, hace muy poco tiempo que Derek comenzó a indagar en sus orígenes. Su padre le habló un poco de la historia de su familia y de su vida en Arabkir, Armenia Occidental. Su bisabuela, Elizabeth Yazidjian, una de las mujeres de la famosa foto, nació en esa provincia. Los Yazidjian eran una familia muy adinerada y poseían muchas tierras. El padre de Elizabeth dirigía una empresa de extracción y procesamiento de diamantes, que exportaba gemas acabadas a Holanda.
Elizabeth, de pie, en el centro. Circa 1900, Estambul
Foto: Colección privada de la familia Yazidjian
Durante las primeras series de masacres hamidianas, a mediados de la década de 1890, el jefe de la familia Yazidjian fue impulsado a convertirse al Islam, habiéndosele prometido que renunciando a su herencia armenia lograría salvar su vida y su fortuna. Pero Yazidjian se rehusó a convertirse y un tiempo más tarde fue ahorcado.
Lo peor todavía estaba por ocurrir en las masacres de abril de 1915: una multitud atacó la casa de la familia Yazidjian y asesinó a la hermana de Elizabeth con un sable yatagan. Elizabeth se desmayó y gracias a eso salvó su vida.
Creyendo que estaba muerta, los saqueadores no la decapitaron. Sobrevivió de milagro. Prácticamente todos sus parientes varones fueron asesinados. Elizabeth tomó el rifle de su padre y se enlistó en la legión de autodefensa armenia. Su hija Mariam, la abuela de Derek, tenía sólo dos años y un amigo de la familia sugirió que llevaran a la niña a Estados Unidos, donde pudiera estar a salvo.
“Recuerdo que cuando tenía apenas cinco años, mi abuela Mariam me contaba historias acerca de los “Turcos Malvados” y de cuánto los odiaba”, comenta Derek. “Sé que obviamente no está bien enseñarle a los niños a odiar, pero esto da una pauta de cómo le habían afectado los hechos”.
Pero Derek nunca conoció a su bisabuela. Mariam y su madre, Elizabeth, nunca se reencontraron. El plan original era que un amigo cuidaría a Mariam en Boston hasta el fin de la guerra, momento en el que Elizabeth volvería a cuidar a su hija. Sin embargo, una vez en Estados Unidos, Mariam fue vendida a una pareja norteamericana rica que no tenía hijos. Nunca supo que era adoptada y se le advirtió que si alguna mujer aparecía y le decía que era su madre, le estaría diciendo una gran mentira y, por lo tanto, no le debería creer.
Mientras tanto en Armenia, la batalla de Elizabeth duró poco. En las siguientes semanas se volvió evidente que las fuerzas armenias eran muy reducidas como para lograr defender sus derechos a permanecer en su tierra. Elizabeth decidió entonces cambiar de rumbo, esperando encontrar a Mariam en Estados Unidos. Primero se asentó en Grecia y tras rastrear a su hija hasta Boston, cruzó el Atlántico. Pero su hija la rechazó. La niña había crecido en el seno de una familia adinerada, rodeada de amor y se negaba a creer que su madre biológica era una inmigrante pobre, sin hogar y sin ingresos. Elizabeth no tenía ninguna documentación que la vinculara a Mariam y los tribunales fallaron a favor de los padres adoptivos. Desesperanzada, Elizabeth regresó a Grecia para construir una nueva vida. Se casó y consiguió trabajo, pero continuó escribiéndole cartas a su hija aunque nunca recibió respuesta. En una de esas cartas incluyó la foto que conocemos.
Mariam, abuela de Derek
Foto: Colección privada de la familia Yazidjian
Mariam pasó noches enteras llorando y mirando en secreto las fotos de Elizabeth, su madre biológica. En su edad adulta intentó reconstruir la relación con su madre, pero ya era demasiado tarde. Elizabeth Yazidjian se mudó a la Armenia Soviética en 1946 y, luego su esposo, quien había trabajado en la Agencia Británica de Noticias en Egipto, fue acusado de espionaje y deportado a Siberia. Elizabeth murió en Ereván en 1972. Nunca volvió a ver a su hija ni tampoco volvió a su tierra natal.
Maria y Derek, bisnietos de Elizabeth, de Arabkir y nieta Marina
Foto: Colección privada de Derek Sherinian
Elizabeth tenía hijos en Ereván y ellos sabían de la existencia de su hermana al otro lado del océano, pero nunca habían intentado ponerse en contacto. Así es que cuando la nieta de Elizabeth, Marina Yazidjian, vio por televisión a una estrella de rock norteamericana hablar sobre su parentesco con la legendaria guerrera haiduk de la foto, no pudo salir de su asombro. De repente, la rama norteamericana de la familia Yazidjian reapareció y los vínculos familiares volvieron a florecer. La red social Facebook ayudó a que los parientes se juntaran y Derek se alegró al enterarse de que el primo de su padre aún vivía en Ereván. La tan ansiada reunión familiar ocurrió a fines de abril de 2015. Derek Sherinian viajó a Armenia para participar de los eventos de conmemoración del Centenario del Genocidio Armenio y para visitar la tumba de su bisabuela, además de para conocer a sus parientes. Un norteamericano de cuarta generación regresó a sus raíces armenias y exploró su herencia.
“La última vez que fui a Ereván, fue la más especial de todas”, recuerda Derek. “Para empezar, estar ahí para el 100° aniversario fue muy intenso, pero además que mis primos, a quienes no conocía, se pusieran en contacto conmigo y me llevaran a la tumba de Elizabeth fue como sacado de una película”.
La familia sigue creciendo a ambos lados del Atlántico. La otra hija de Marina, Elizabeth Yazidjian Junior, crece en Ereván, mientras que el hijo de Derek, tataranieto de la heroína de Arabkir, asiste a una escuela armenia en California y estudia la lengua de sus ancestros. Los descendientes de esta orgullosa línea familiar continúan nutriendo su árbol genealógico.
“Estoy profundamente orgulloso de ser armenio”, afirma Derek. “Me siento muy afortunado de haber tenido la oportunidad de visitar Hayastan y de haber tocado allí”.
La historia fue verificada por el Equipo de Investigación de 100 LIVES