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De sobrevivir a prosperar

De sobrevivir a prosperar

Por Noubar Afeyan

Hace poco más de un siglo, el pueblo armenio fue víctima del primer genocidio del siglo XX en manos del Imperio Otomano. Aproximadamente, un millón y medio de personas fueron sistemáticamente asesinadas y gracias a los actos de personas de diversas nacionalidades, religiones y grupos étnicos, los 300.000 armenios que quedaban, lograron escapar de la aniquilación.

Dispersos por todos los rincones de la tierra, nuestros ancestros no sólo sobrevivieron… sino que prosperaron. Hoy somos 10 millones de personas vigorosas con comunidades en casi todos los países. Continuamos sobresaliendo en los negocios, la ciencia, las artes y la academia. Pero mientras muchos de nosotros hemos llegado al éxito fuera de nuestra patria, Armenia ha luchado durante décadas.

En el último año, hemos presenciado un cambio increíble. Más que nunca desde el Genocidio de hace más de cien años, Armenia parece estar preparada para realizar su verdadero potencial. La denominada Revolución de Terciopelo no sólo despertó a los armenios de la patria para que tome el poder de sus voces colectivas, sino que también plantó una semilla entre muchos de los miembros de la diáspora sobre la importancia de reconectarse con sus raíces. Nuestro país está posicionado para crecer económicamente durante los próximos años, es hogar de una creciente industria de TI, de turismo y una creciente cultura empresarial y de emprendedurismo, que tiene el  potencial de elevar la innovación armenia al escenario mundial.

La semana pasada, los miembros de nuestra comunidad se reunieron con amigos y familiares para recordar los trágicos eventos que tuvieron lugar hace un siglo. Lo hemos hecho en los albores de una nueva Armenia, ese que tiene una gran promesa para la próxima generación, ese que restaura nuestra posición legítima como cuna de la civilización y que nunca olvida nuestras raíces y lo que nos llevó a estar en este lugar. Aún estamos en una encrucijada importante y lo que hagamos a continuación debe reflejar nuestro renacimiento en curso de una nación que fue devastada por un genocidio.

Siempre hemos sido un pueblo orgulloso, pero ahora no sólo son los armenios quienes ven el gran potencial de esta pequeña nación a los pies del Cáucaso. El año pasado, The Economist nos honró como su “país del año”, por la capacidad de Armenia para instituir reformas y nuevos liderazgos sin derramar ni una sola gota de sangre. Como señalaron; Armenia, “una nación antigua y a veces mal gobernada, en una región turbulenta, tiene posibilidades de democracia y renovación”.

Este es el momento para que los armenios del mundo aprovechen el poder de la diáspora e inspiren a la próxima generación para que permanezca conectada con la patria. Las personas, las empresas, la sociedad civil y el gobierno, juegan un papel en el comienzo de un nuevo amanecer para el país y para impulsar el orgullo entre las comunidades armenias del mundo sobre lo que significa “ser armenio”.

Como miembro de la diáspora, puedo decir que nuestro deber radica en educar a nuestras familias sobre la rica cultura e historia que tiene nuestra nación que se remonta a miles de años. Los libros y las fotografías no le hacen justicia a la amplia gama de emociones que forma parte de la experiencia en Armenia. A medida que las generaciones más jóvenes de armenios se separan de sus raíces, necesitamos continuar nutriendo esa dinámica para, en última instancia, integrar el  orgullo armenio en el tejido de quienes somos como individuos, sin importar donde vivimos.

Los negocios y el gobierno desempeñan un papel igual de crítico en la creación de las oportunidades adecuadas para que los armenios puedan prosperar, al tiempo que establecen un entorno único que inspira a las personas a que visitan y experimentan nuestra nación por primera vez. Por eso, junto con un grupo de líderes armenios de la diáspora, uniremos nuestras fuerzas con líderes de todo el mundo para organizar el Foro Aurora inaugural del 14 al 21 de octubre. A través de una serie de eventos y debates orientados a la acción, reuniremos a algunas de las personas más influyentes del mundo del campo del humanitarismo, los negocios, la tecnología, la ciencia, la sustentabilidad, la educación y la salud. En un momento de conflicto global e incertidumbre, vemos el futuro con optimismo y reuniremos a las principales personas innovadoras de la comunidad internacional para inspirar cambios tangibles y responsabilidad personal entre los individuos, las empresas y los gobiernos.

Lo que hará que el Foro Aurora, sea único, es que será una reunión sobre la acción, no sólo un diálogo como el que se da en muchos otros foros globales. Creemos que todos tenemos un interés personal en el progreso de la humanidad y que esa responsabilidad compartida debe ser aceptada. Organizaciones como IDeA, FAST, Scholae Mundi, UWC Dilijan, Ameriabank y la Iniciativa Humanitaria Aurora se unirán para aprovechar este impulso y crear experiencias únicas para que los armenios del mundo puedan realizar su potencial colectivo.

A través del Foro Aurora, esperamos fomentar la innovación y las ideas viables, no sólo para los armenios sino para otras regiones del mundo que enfrentan sus respectivos desafíos. Como empresario y miembro de la diáspora, he creído durante mucho tiempo en el potencial que tiene Armenia. Ese sentimiento se refuerza cada vez que miro el Monte Ararat y reconozco lo que representa: nuestra rica cultura, nuestro pasado diverso y nuestro optimismo por el futuro como una nación de las segundas oportunidades. Estos son atributos que personifican lo que significa ser armenio y otros que seguramente serán aceptados por los demás cuando se unan a nosotros para el Foro Aurora en octubre próximo.

Esta nota de opinión fue publicada en The Armenian Weekley.