Salvadores en la historia: Abbé Pierre

Salvadores en la historia: Abbé Pierre

A lo largo de su vida, el Abbé Pierre, nacido con el nombre de Henri Grouès, se convirtió en un símbolo de la lucha contra la pobreza y encarnó la conciencia del público francés. Fue nombrado uno de los “Grandes Hombres Franceses” en 16 ocasiones y, en el año 2014, recibió la Gran Cruz de la Legión de Honor de manos de Jacques Chirac. Fundó el movimiento Emaús, actualmente conformado por 350 organizaciones de miembros en 37 países diferentes, que desarrolla actividades para generar ingresos con personas que sufren exclusión social. Emaús Internacional les ayuda a las personas sin hogar no sólo a sobrevivir, sino también a convertirse en miembros de pleno derecho de la sociedad.

Henri Grouès nació en 1912 en Lyon, Francia, en el seno de una familia de comerciantes de seda respetables y devotos. Fue el quinto de ocho hermanos. De joven, Henri fue miembro del movimiento scout francés, donde le apodaron “castor meditabundo” (“castor méditatif”).

En 1928, a los 16 años, partió en peregrinaje a Roma. Allí, la fe en Dios lo alcanzó “como un rayo” y, tan sólo 18 meses después, Henri se unió a la orden franciscana. Un año más tarde, tomó los votos de monje capuchino y donó todas sus posesiones a los necesitados. En 1938, Henri Grouès se convirtió en sacerdote, pero con el inicio de la Segunda Guerra Mundial el joven pastor fue reclutado por el ejército.

En los comienzos de la ocupación alemana de Francia, Henri ofició como cura párroco en Grenoble. En 1942, protegió a niños judíos cuyos padres habían sido detenidos. Pronto adquirió un nuevo “nom de guerre”, Abbé Pierre. Era un miembro activo de la Resistencia, donde ayudó a formar una banda local de partidarios y se convirtió en uno de los líderes de la meseta de Vercors y las montañas de Chartreuse. Fue el hombre que ayudó a Jacques de Gaulle (hermano menor del General de Gaulle) y a su esposa a escapar a la vecina Suiza. 

En 1944 el joven sacerdote fue arrestado, pero fue pronto liberado. Se fue a España, para unirse al General de Gaulle en Argel. Al igual que otros miembros de la Resistencia, Abbé Pierre luchaba contra la opresión nazi y esperaba que los derechos humanos fueran restablecidos nuevamente en Francia. 

Sus vivencias durante la guerra fueron la base de la determinación férrea que guiaba cada una de sus acciones. Estaba dispuesto a hacer todo lo necesario para apoyar una causa justa.

Después de la guerra, el Abbé fue elegido como diputado independiente de la Asamblea Nacional, pero permaneció cerca del General de Gaulle. Recibió un reconocimiento especial de los cristianos progresistas, pero en 1951 interrumpió su carrera política y retomó su vocación original al convertirse, una vez más, en cura párroco. 

Anteriormente, en el año 1949, Abbé Pierre había creado el movimiento benéfico Emaús, nombre inspirado en la aldea palestina mencionada en el Evangelio de San Lucas donde dos discípulos acogieron a Jesús luego de su resurrección. Desde el principio, fue una organización secular destinada a ayudar a las personas en situación de calle y a los pobres. 

Sin embargo, la verdadera fama le llegaría a Abbé Pierre después de su discurso en la Radio Luxemburgo el 1° de febrero de 1954. Sus palabras se volvieron legendarias: “Amigos míos, vengan y ayuden... Una mujer murió congelada esta noche, en la acera del boulevard de Sebastopol, manteniendo aferrada entre sus manos la notificación de desalojo que la había dejado en la calle el día anterior... Todas las noches, más de 2.000 personas soportan el frío, sin comida, sin pan, más de uno casi desnudo. Los albergues de emergencia no son suficientes para hacer frente a este horror. Escúchenme; tenemos que actuar ahora y abrir centros de ayuda para las personas sin hogar. No hay tiempo que perder”.

Este discurso se conoce como “el llamado de Abbé Pierre a la insurrección de la bondad”, que motivó una ola de ayuda y voluntariado sin precedentes. En respuesta al discurso, miles de personas de toda Francia empezaron a donar dinero para ayudar a las personas sin hogar. El mismo Abbé respondió diciendo: “La pobreza no desaparecerá sola, tenemos que luchar contra ella”. Estas palabras se convirtieron en el leitmotiv de su vida.

                                                          Abbé Pierre en 1955

Después de la transmisión del discurso, los teléfonos de la estación de radio se saturaron y en los días siguientes se recibieron montones de cartas. La gente envió tantas donaciones que tomó varias semanas clasificarlas, distribuirlas y encontrar lugares para almacenarlas en todo el país.

En total, se donaron más de 500 millones de francos. 

Dos millones fueron aportados por el actor Charlie Chaplin, quien dijo: “Yo no estoy donando este dinero, lo estoy devolviendo. Pertenece al vagabundo, como lo era yo, el que yo retrataba en la pantalla”. 

En ese entonces, era una enorme suma de dinero. 

Abbé Pierre utilizó el dinero para construir varios centros para personas sin hogar. Al principio, estos centros estaban destinados a proporcionar albergue y atención de emergencia, pero con el tiempo, algunos se transformaron en viviendas de bajo presupuesto, totalmente equipadas, para los más necesitados. Abbé también puso mucho esfuerzo para la aprobación de la legislación que prohíbe los desalojos durante el invierno. Esta ley sigue vigente en Francia hasta el día de hoy.

Transmisión de gratitud

Las palabras del sacerdote también fueron inspiradoras para miles de voluntarios. Primero, simplemente ayudaban a distribuir donaciones; más tarde comenzaron a organizarse en grupos. Esta “insurrección de la beneficencia” tomó a Abbé por sorpresa. Al poco tiempo se volvió evidente que los grupos aislados funcionarían mejor juntos y es por ello que el 23 de mayo de 1954, se establecieron las Comunidades de Emaús dentro del esquema de la organización benéfica Emaús.

                                            Logo de Emmaus Internacional

Las Comunidades de Emaús se expandieron rápidamente en todo el mundo, impulsadas, en gran medida, por los viajes de Abbé Pierre a Latinoamérica. Hoy en día, se pueden encontrar Comunidades de Emaús en 37 países. 

Emaús supervisa la construcción de viviendas para las personas sin techo. Se les brinda comida, alojamiento y empleo. Muchos de los que anteriormente no tenían hogar, se convierten luego en voluntarios de Emaús. Algunos enfrentaban una muerte segura, pero fueron salvados por los voluntarios de Emaús que se vieron atraídos hacia movimiento en esa “insurrección de la bondad” sin precedentes.

Abbé Pierre murió en París, en la madrugada del 22 de enero de 2007, víctima de una infección pulmonar relacionada con una bronquitis. Tenía 94 años. Pero incluso nueve años después de su muerte, aún conserva un lugar especial en los corazones de muchas personas.