Aharon Manukyan nació el 20 de marzo de 2014 en el pueblo Kendananc, en Van. Aharon tenía tan solo un año cuando su familia se vio obligada a dejar su hogar. No recuerda esos días, pero su madre Mariam le contó que se las arregló para escapar con sus hijos: Aharon, Meliqset y Vahram.
El padre de Aharon falleció durante la batalla de Van. “Cuando estábamos cruzando el río, el agua era de un color rojo brillante y la corriente llevaba cadáveres”, le contó su madre. Mariam escondió las cosas de valor de la familia en la tumba de su padre y se dirigió caminando hacia Etchmiadzin con sus tres hijos. Allí tuvo que suplicar por comida para mantener a sus hijos con vida. Luego, los llevó a un orfanato en Alexandropol (actualmente Gyumrí) y volvió a Etchmiadzin para buscar trabajo. El orfanato era dirigido por una pareja de estadounidenses que quería adoptar a Aharon y a sus hermanos con la intención de llevarlos a los Estados Unidos. A cambio le ofrecieron oro a su madre, pero ella se negó. Mariam consiguió un trabajo y trajo a sus hijos de vuelta a casa.
La madre de Aharon siempre quiso que él fuera cazador, para que pudiese tener un arma de fuego de forma legal. Pensaba que así, en caso de peligro, él podría proteger a la familia. Aharon Manukyan, de 101 años, tiene 4 hijos, 6 nietos, 11 bisnietos y vive en Ereván, Armenia.
Afuera de la casa donde vive el sobreviviente del Genocidio, Aharon Manukyan.
Aharon Manukyan pasa la mayoría de sus días viendo la televisión. No le gusta hablar del pasado.
La escopeta de Aharon. Cumplió el deseo de su madre y se convirtió en cazador.
Aharon Manukyan sostiene su pasaporte. Dice que nació en Turquía.
Un retrato de la madre de Aharon, Mariam, quien escondió los objetos de valor de la familia en la tumba de su padre en Van.
Aharon se dirige hacia su dormitorio, con la ayuda de su hija Gayané.
Aharon en su habitación, antes de irse a dormir.
Aharon Manukyan en su dormitorio.
En el departamento de los Manukyan, donde viven Aharon, su esposa Hripsimé y su hija Gayané.
Fotografías por Diana Markosian y Karen Mirzoyan