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Raíces que configuran visiones

Raíces que configuran visiones

Por Christopher Atamian

Intelectualmente curioso y encantador, Ian Bremmer forjó un lugar central en el establishment de la política exterior de los Estados Unidos. Se ha convertido en la persona principal para presidentes y congresistas en lo que respecta al asesoramiento estratégico e inteligencia equilibrada, sobre todo cuando se trata de Rusia y las ex repúblicas soviéticas.

Cuenta con un Ph.D de la Universidad de Stanford y un formidable trabajo ético. Bremmer ha escrito siete libros, incluyendo el reciente “Superpower: Three Choices for America's Role in the World”, cientos de artículos y piezas de opinión para los principales medios del mundo. Incluso, ha acuñado nuevos términos en la ciencia política, incluyendo “J-Curve” and “G-Zero”. 

Mientras que algunos ex diplomáticos o profesores retirados se vuelcan a la consultoría en el final de sus carreras, Bremmer comenzó la suya al fundar Eurasia Group, una empresa que se convirtió en una de las consultoras de riesgo político más exitosas.

 

Crecer como armenio

Ian Bremmer tiene, tan sólo, un cuarto de sangre Armenia (por vía materna), pero siempre atesoró esa parte de su herencia y el aprecio que recibió por parte de la comunidad armenia. La madre de Ian se fugó con su padre y se fueron a Ecuador cuando ella tenía apenas 19 años. Se convirtió en la esposa de un oficial y, luego de 22 años de servicio, volvieron a los Estados Unidos, donde nació Ian.

Lamentablemente, su padre falleció cuando Ian tenía cuatro años. Su madre se mudó con Ian y su hermano a las afueras de Boston, donde vivían sus abuelos. “Estuve más conectado con mi educación armenia porque fui criado solo por mi madre y sus familiares. Apenas recuerdo a mi padre y a los parientes de ese lado, quienes vivían al oeste”, dice Bremmer.

Los armenios son bien conocidos por su fuerte sentimiento familiar y los abuelos de Ian no eran la excepción. “Pasé bastante tiempo con mis abuelos. Mi abuela en particular, era muy apegada”, recuerda Ian.

El padre de María, abuela materna de Ian, era Simón Orfaly (originalmente, Simón Ourfalian), un comerciante de Alepo. Los padres de Simón eran Nikolas Orfaly y Anna Poladian. Según el tío de Ian, Louis, el apellido original de la familia de Nikolas era Gimishgerdanian y procedían de Ourfa. Simón se casó con Tourfanda Kassabian en Adana, Turquía. Tuvieron tres hijos, una hija y otros dos hijos que fallecieron poco después de nacer. María y su hermano Loutfik nacieron en Alepo; sus hermanos Antranik y Nubar nacieron en Adana. Simón, Tourfanda y sus hijos fueron de El Pireo, Grecia y llegaron a la Isla Ellis el 2 de julio de 1923.

La abuela de Ian, María era “increíblemente fuerte”, una mujer muy inteligente, con una personalidad descomunal que no quería la ayuda de nadie. Ian heredó de ella su amor por la política: “Ella se involucraba mucho en política: empezó una ‘silver haired legislature’ en Massachusetts, para los ciudadanos mayores, con el fin de promover una legislación que los ayude. 

Ella me llevaba a las reuniones y eventos en la Cámara de Representantes, incluyendo las ceremonias de Día de los Veteranos.

[el 11 de noviembre] que coincidía con su cumpleaños, el mío es el 12 y esto parecía divertir a todos. Cuando estaba en segundo grado, ella me llevó a una reunión con el Teniente Gobernador, Tom O’Neill, hijo de Tip O’Neill, y escribí un artículo para el ‘Chelsea Record’, nuestro diario local”, recuerda Ian.

 

                                          Ian Bremmer, foto de Jeff Cottenden

Ayuda de la UGAB

Bremmer está agradecido por la unión de las comunidades armenias, un vestigio de la persecución que sufrió el pueblo armenio por parte de los turcos. El apoyo de la Unión General Armenia de Beneficencia (UGAB) en cuanto a becas y asesoramiento fue crucial para un chico de origen humilde para asistir a una universidad de elite: “Cuando era joven, los armenios mostraron gran interés por mí. A través de la UGAB fui condecorado con la beca ‘George Holopigian y Hrair Hovnanian Memorial’ para la universidad. Louise Simone, en particular, mostró gran interés por lo que yo hacía. Siempre estuvo en contacto y trató de involucrarme en sus programas. También de la UGAB, Anita Anserian y Carol Aslanian se convirtieron en amigas personales y familiares”, dice Ian.

    

Pasión por las cuestiones soviéticas

Bremmer viajó a la Unión Soviética por primera vez en 1986, con un pequeño grupo de estudiantes, dirigidos por el profesor Ray Taras, de la Universidad de Tulane. El grupo viajó a Leningrado (actualmente, San Petersburgo), Moscú, Tbilisi, Bakú y Ereván. “Mientras que todos los diarios de ese momento escribían sobre el ‘monolito soviético’, el así llamado ‘imperio malvado’, era claro que las personas de esas repúblicas eran radicalmente diferentes. No se sentía como un país y, ciertamente, no se sentía como una nación. Ir a Armenia fue particularmente impactante, porque reconocí piezas de la cultura; la comida y también la gente. Recuerdo haber visto a un hombre en la calle, quien era la exacta imagen de mi tío abuelo Nubar. Aún llevo eso conmigo”, explica Ian.

Bremmer volvió a los Estados Unidos y finalizó su Ph.D en Stanford, en 1994. En 1988 fundó Eurasia Group, originalmente enfocado en el análisis de las políticas de las ex repúblicas soviéticas y países de Europa del este. Hoy, el alcance de la plataforma de investigación de la empresa es global: los analistas de Eurasia Group monitorean el desarrollo político, económico y social alrededor del mundo y evalúa los riesgos para empresas e inversores. También realizan investigaciones sobre cuestiones transfornterizas tales como comercio, energía y otras commodities, así como regulación financiera, cambio climático y salud mundial. Eurasia Group también publica su informe anual “Top 10 Global Risks”, que recibe cobertura de los medios de todo el mundo.

 

No tan bienvenido

La familia armenia de Bremmer fue expulsada de su país natal durante el Genocidio Armenio y, finalmente, encontró refugio en los Estados Unidos. No es de extrañar que Bremer es ferviente creyente de la inmigración: “Los armenios son un excelente ejemplo de que las personas perseguidas fueron bienvenidas en este gran país y les permitió hacer de este un lugar aún mejor. La comunidad hoy florece en una escala mucho mayor de lo que alguna vez fue posible, hasta en Armenia mismo. Y eso, es algo extraordinario”, dice.

Pero las palabras de Ian son duras para los políticos estadonudenses de hoy, para ambos lados del pasillo: “Los norteamericanos estuvieron allí para mi familia cuando vinieron de Alepo, pero hoy no estamos allí para los sirios que necesitan nuestra ayuda. Claro, yo entiendo que, en gran medida, es una población musulmana que puede ser percibida como una amenaza. Pero somos mejores que eso. Lo mínimo que podemos hacer es darles la bienvenida y hacerlos parte de la sociedad norteamericana. Siento que hemos perdido algo esencial al no hacerlo”.

 

Imagen de portada por Jason Alden